Hace poco hablábamos de la riqueza en prebióticos del ajo y la cebolla y las propiedades que estas confieren. Pero no son los únicos compuestos beneficiosos que podemos encontrar en ambos bulbos, pues contienen también altas cantidades de flavonoides, saponinas esteroides, fitoesteroles, compuestos organosulforados y otros compuestos biológicamente activos. La mayoría de los beneficios y el aroma característico de estas plantas están asociados con los organosulforados, que son metabolitos sintetizados con fines defensivos formados una vez que se daña el tejido de la planta.

La literatura científica cita para estas moléculas actividades muy variadas: antimicrobiana, antiviral, antidiabética, hipocolesterolémica, antiprotozoaria, antioxidante, antiespasmódica, anticancerígena, antimutagénica, antiasmática, antiamnésica, antiinflamatoria, hepatoprotectora, neuroprotectora, hipotensora, hipoglucémica e inmunomoduladora, entre otros efectos. Incluso refieren actividad prebiótica.

Estos compuestos son muy inestables y se degradan muy fácilmente. Por eso, es muy importante que los complementos alimenticios estabilicen estas moléculas. AlioCare® garantiza 10 mg por cápsula de estos compuestos, el equivalente al contenido de 2 dientes de ajo y a una cebolla.

Referencia:
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0308814618318430?via%3Dihub

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